El movimiento Slow surge como respuesta al mundo estresante que nos rodea, no nos confundamos no invita a la pasividad sino a paladear la actividad. Básicamente su filosofía se basa en aprovechar lo que la tecnología nos aporta para facilitarnos la vida y hacerla más cómoda en vez de más estresante.
Juan J. Sánchez
El slow (del inglés despacio) surge en principio como contra respuesta a las comidas rápidas tan de moda y al uso. Es una idea del periodista italiano Carlo Petrini tras ver que en un lugar tan europeo como la Plaza de España en Roma, se inauguraba un conocido restaurante de cocina rápida.
Esto le pareció una americanización de Europa que iba adoptando cada vez más ‘el ritmo de todo rápido’, y entre más mejor para hacer más y se iba perdiendo el sentarse a la mesa para disfrutar del plato sosegadamente y si es en buena compañía mejor.
Pero el slow se extendió internacionalmente, y en su sentido de ir despacio no sólo para disfrutar de los placeres del paladar sino, en general, de cualquier ámbito de la vida.
No significa que paremos y dejemos de hacer cosas sin que discriminemos a favor de las que en realidad son importantes. Vivimos en una sociedad llena de síndromes que empiezan con el adjetivo SUPER, como los superpadres, superabuelas, superprofesionales, etc.
Es decir, personas que basan su valor en la capacidad de hacer muchas cosas, como el trabajador/a eficiente, padres infalibles… Además, nos cuidamos, hacemos deporte, nos seguimos formando profesionalmente y hacemos un curso de cocina tailandesa después de la clase de relajación (contrasentido por otro lado) para luego recoger a los niños de sus tareas extraescolares y, después de ayudarlos con sus deberes y acostarlos, estudiar para el examen del curso de idiomas.
Quizás es una exageración, pero seguro que muchos lectores se han sentido identificados y no sé ustedes, pero sólo de leer el párrafo anterior se siente uno cansado y estresado. Y lo peor de estos síndromes, es que si no se está a la altura de tamaña exigencia hay personas que se sienten malos padres o profesionales o lo que corresponda.
Todo eso es lo que el Slow y sus seguidores, intentan cambiar en sus vidas y en concreto en el mundo laboral, el Slow Work. Su intención es ralentizar el ritmo del trabajo lo cual, aunque parezca contradictorio, redundaría positivamente en la producción, ya que la sobrecarga del trabajador, como demuestran muchos estudios, no sólo disminuye la eficacia y velocidad del trabajo, sino que produce estrés, una de las mayores causas de bajas laborales, así como de accidentes en el trabajo.
De hecho, diversas compañías punteras conscientes de esto, han ido cambiando sus normas convirtiendo las empresas en lugares flexibles de modo que los propios trabajadores organicen el tiempo en función de sus posibilidades o que tengan abundantes vacaciones para poder desconectar cuando lo necesiten y volver con fuerzas renovadas.
En algunos casos estas empresas proporcionan en el mismo ámbito laboral estancias para siestas cortas, gimnasio, espacios para escuchar música e incluso guarderías para poder tener cerca de los hijos, lo cual descarga de mucho tiempo y dinero en transportes y si el niño tiene algún problema se puede resolver in situ .
Cada vez más grandes empresas se van sumando a este movimiento, por lo que se deduce que realmente da buenos resultados en la producción y que un trabajador contento se siente parte de lo que hace y se implica de forma más responsable, en vez de cómo un engranaje al que siempre están forzando y nunca engrasan.
Suecia es uno de los países donde existe un mayor número de grandes empresas que están adoptando esta filosofía; como por ejemplo Volvo, cuya eficacia no sólo se demuestra en la calidad de sus coches, ya que algo que no es tan conocido es que son los creadores de los motores propulsores para las lanzaderas y cohetes de la NASA.
Algunas de las diversas grandes empresas que están acogiéndose a la filosofía del Slow Work son Ericsson, Scania, Nokia, Electrolux, , Nobel Biocare, ABB…
Bueno, quizás las cosas están cambiando poco a poco.
Fuente: En Positivo
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