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Segunda parte aquí.
Podrían generar grandes cantidades de energía renovable en España, pero su uso todavía es mínimo
Ventajas y desafíos de estas centrales
Las ventajas medioambientales de una instalación de biomasa forestal no sólo residen en su capacidad de generar electricidad de origen renovable. La utilización de estos residuos evita que acaben amontonados en algún vertedero o que sirvan de pasto a los incendios que todos los años asolan los bosques españoles. La idea de crear la central de Corduente surgió tras el grave incendio del verano de 2005 que afectó a la zona y causó once muertos.
La lucha contra el cambio climático es otro elemento positivo de estas instalaciones. La materia orgánica retiene durante su crecimiento más dióxido de carbono (CO2) del que libera en su combustión.
La biomasa puede ser mejor que el etanol para producir electricidad, según un reciente estudio publicado en la revista Science. Sus responsables, un equipo de la Universidad de California-Merced (EE.UU.), han comprobado que un vehículo propulsado con la electricidad generada de forma directa con la biomasa llega más lejos que otro que utilice etanol.
La utilización de estos residuos evita que acaben amontonados en algún vertedero o que sirvan de pasto a los incendios
Las centrales térmicas convencionales también pueden resultar beneficiadas al utilizar biomasa. Sus responsables explican que aprovechan de forma más eficiente y barata la biomasa que las pequeñas plantas exclusivas. Si se quedan sin esta materia prima, pueden seguir con el carbón.
Desafíos de las centrales
Los expertos señalan diversos desafíos que estas instalaciones tendrán que superar si quieren generalizarse:
- Falta de ayudas y de una legislación que las incentive: a pesar de los esfuerzos del Ministerio de Industria, se echa de menos una normativa que no sólo regule de forma adecuada a este sector, sino que lo promocione a todos los niveles, desde los generadores de estos residuos hasta las empresas eléctricas.
- Desarrollo tecnológico insuficiente: las instalaciones tienen que mejorar más si quieren aprovechar de manera óptima este recurso. Los distintos tipos de biomasa rinden de diversas formas y hay que tener en cuenta otros elementos para evitar problemas. Es posible que un residuo rociado con herbicida cause averías. La mecanización de la recogida de estos residuos también es otro elemento que necesita un mayor avance.
- Abastecimiento constante de materia prima y agua: estas instalaciones requieren miles de toneladas de residuos forestales como combustible y un suministro de agua para su funcionamiento. Los expertos señalan que el problema no es la biomasa en sí, ya que hay cantidades ingentes en España, sino su disponibilidad para estas centrales. La ubicación en Corduente no se ha elegido al azar: los restos de los bosques cercanos y el río Gallo garantizan su continuidad.
- Posibles impactos ambientales: estas instalaciones generan a su vez residuos en forma de cenizas que se deben gestionar. Los expertos explican que tampoco conviene abusar de este recurso. En teoría, las necesidades energéticas mundiales podrían cubrirse con toda la biomasa disponible en el planeta. Esta explotación a gran escala reduciría la capacidad de regeneración y conduciría al agotamiento de los recursos. En consecuencia, aumentarían las emisiones de CO2 y el problema de la deforestación.
Cómo funciona una central eléctrica de biomasa
El funcionamiento de una central consta de varias fases. En primer lugar, es necesario recoger los residuos y su ubicación en los aledaños de la instalación. Mediante unas cintas móviles, los restos se trasladan al interior de la caldera, donde se queman. El calor alimenta unos conductos de agua, de manera que se produce vapor. Gracias a este proceso, se mueve una turbina que origina la electricidad.
Fuente: Eroski
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